La tradición muisca dejó una gran huella en Nobsa, tanto así que hoy en día es un pueblo que alberga a artesanos y comerciantes de una misma cosa: tejidos, y aún así, en medio de la competitividad, mantiene su economía.
Por: Margarita Contreras Delgado
Desde el momento en que se entra a Nobsa es perceptible lo arraigada que está su identidad. A lado y lado de la vía principal se exhiben ruanas de todo tipo: en lana virgen blanca y negra o en lana industrial; con diferentes tipos de tejido, hechas en telar horizontal, en macramé y croché. Esta es la llamada por sus habitantes "calle del comercio".
Unos 120 almacenes se distribuyen en el municipio y todos se dedican a la venta de una de las prendas más tradicionales de Colombia y especialmente de Boyacá: la ruana, para la que los precios siempre varían, pero si se habla de una ruana tradicional el valor aproximado sería de $120.000.
Con la institucionalización del Día Mundial de la Ruana en el año 2002 se fortaleció no solo la identidad cultural del pueblo sino su economía: “El turismo y el comercio se mueven de una manera impresionante en esta época. Todos nuestros artesanos sacan sus productos a disposición de los visitantes para beneficiarse económicamente”, explica Óscar Fernando Torres, secretario de Emprendimiento, Identidad y Turismo de Nobsa, dependencia en la que se manejan los temas de escuelas de formación cultural y deportiva del municipio, además de las fiestas emblemáticas que por decreto rinden homenaje a los artesanos y campesinos del municipio que elaboran la prenda insignia de Boyacá.
En realidad, el Día Mundial de la Ruana no es un solo día sino una festividad que dura 72 horas en las que se realizan eventos específicos que tienen como característica la ruana: el ciclismo en ruana, fútbol en ruana y otros. Además, estos tres días se programan siempre de modo que coincidan con un puente festivo para facilitar la afluencia del público, logrando reunir alrededor de 20.000 visitantes cada año.
“Un evento de estos trae muchos beneficios a nuestros habitantes: todos los hoteles están full, los restaurantes venden a tope, los artesanos también, las empresas de transporte del municipio si tienen una ruta de cada diez minutos la ponen cada cinco”, son estos los aspectos positivos que, como los explica Óscar Torres, son visibles en el fin de semana celebrado en torno a la ruana.
El arte y la memoria expuestos en un solo lugar
Nobsa también cuenta con un Centro Artesanal. Allí, además de locales comerciales que exhiben productos netamente artesanales, está presente el Museo Vivo de la Artesanía, en el que se recopila la historia de cada elemento característico de ocho de los 123 municipios boyacenses, en el caso de Nobsa: las campanas y la ruana.
Myriam Rincón, una de las artesanas allí ubicadas y presidenta de la organización, desarrolla productos artesanales enfocados al sector del turismo y cada uno de ellos es realizado netamente a mano en hilo croché, macramé y lana de oveja, lo que le permite continuar con la tradición en tejidos que tiene el departamento.
“Nuestra meta es que la puntada y el tejido boyacense que hacían nuestros abuelos vuelva a ser el tejido de moda en nuestra artesanía. No solo de Nobsa sino de todo Boyacá, porque de otras culturas nos han traído tejidos y es lo que se ha puesto de moda”, comenta Myriam.
Y es que para los artesanos Nobsanos la competencia no es entre ellos sino con los tejidos foráneos, aquella mercancía de países como Ecuador, Perú y China.
Tejidos foráneos, una competencia comercial
Ramiro Barragán, alcalde del municipio en dos oportunidades y quien hoy en día se desempeña como Secretario General de la Gobernación de Boyacá, opina frente al tema: “Tenemos una competencia muy dura y son las prendas sintéticas traídas principalmente de otros países porque el consumidor no se fija en el valor cultural que la ruana tradicional tiene, mira es el precio, color y el diseño, y para luchar contra eso se han hecho varios procesos. Organizamos una escuela de artes y oficios de la lana para que los artesanos empezaran a diversificar la prenda y que se convierta en un accesorio de moda que sea portado con orgullo”.
La innovación en diseños ha sido clave para posicionar la ruana como prenda de moda. Fotos: Mónica Marcela Mejía
Así mismo, Artesanías de Colombia S.A., una empresa vinculada al Ministerio de comercio, industria y turismo, a través de su laboratorio de diseño e innovación en Boyacá, ha trabajado en conocer las condiciones particulares de la actividad artesanal en Nobsa para gestionar proyectos encaminados a soluciones innovadoras.
Rosnery Pineda Cubides, actual Gestora del laboratorio de Boyacá, cuenta que frente a la problemática que significa la entrada de tejidos foráneos se han desarrollado diferentes estrategias y la principal es afianzar la propiedad intelectual: "Se intentó hacer el registro de la marca personal o marca asociativa con los artesanos de Nobsa. El tema es que se acogen muy pocos".
De hecho, existe el Proyecto Colombo-Suizo de Propiedad Intelectual (COLIPRI), que cuenta con Artesanías de Colombia como institución aliada. El objetivo es incrementar la competitividad y el valor agregado de los productos artesanales colombianos. Sin embargo, no dio resultado en el municipio y actualmente está enfocado en el bocadillo veleño.
Para continuar con la mejora de calidad de los tejidos, la empresa suiza de producción y comercialización de cementos y concretos Holcim, que realiza actividades en Colombia y tiene una planta en Nobsa, ha apoyado a la Asociación de Productores Ovinos del Tundama y Sugamuxi (Asoprovinos) en la capacitación de sus productores y mejoramiento de la raza ovina.
Rosnery Pineda se refiere al tema al afirmar que: "El tema de la lana se mueve bastante no solo en productos realizados sino en el tema del hilado. Por eso es importante remitirnos a lo que ha hecho Holcim con el mejoramiento genético de las ovejas". Todo, por supuesto, apunta al fortalecimiento y generación de ingresos de la comunidad Nobsana.
Los tejidos nobsanos en el plano nacional
Como todo producto, la ruana tiene sus ventajas y desvantajas al momento de la comercialización. Ramiro Barragán comenta que: “La ruana es eterna, quien compra una ruana la puede tener por treinta o cuarenta años y no hay que renovarla. Hay picos importantes en la economía sobretodo en temporadas de invierno y también en los eventos realizados en el municipio o temporadas de turismo”, de allí deriva la importancia de diferentes plataformas en las que se exhiben los mejores productos artesanales para darles visibilidad.
“Nuestros artesanos tienen ferias en Medellín, en Villavicencio, y eso de vender sus productos es una rueda negocios”, cuenta Óscar Torres, secretario de Emprendimiento, Identidad y Turismo de Nobsa. Este es el caso de Expoartesano, realizada en Medellín anualmente, y Expoartesanías en Bogotá.
Rosnery Pineda afirma que en el 2017 se atendió a Nobsa a través de un proyecto firmado con la Gobernación de Boyacá y la Fundación Escuela Taller de Boyacá. Se desarrolló un workshop de moda y, en colaboración con diseñadores, los artesanos realizaron productos que serían llevados a otro nivel, a las ferias mencionadas.
Julio Ramón Cristancho, reconocido artesano del municipio, asegura que sus mayores ganancias no se dan por comercio dentro del pueblo sino por clientes potenciales diferentes: "Yo le trabajo a empresas muy importantes y prestigiosas como a Acería Paz del Río, hace dos años les hice 1700 ruanas y este les estoy haciendo 1700 hamacas en algodón. A la Gobernación y a la Lotería de Boyacá les vendo de a cien o doscientas ruanas".
Lo anterior demuestra que la ruana es una prenda que le ha dado trabajo a mucha gente. En otra época, los nobsanos iban a diferentes partes del país, madrugaban para estar en las plazas de los pueblos y venderlas, pero hace unos treinta años surgió la modalidad de venta en almacenes.
Con más de 120 tiendas, como ya se mencionaba al principio, dedicadas a la compra y venta de ruanas, se respalda la actividad económica permitiendo que muchas personas vivan no solo de producir la ruana sino de su proceso y comercialización. Por todo esto y más, Nobsa, la capital mundial de la ruana, es hoy un municipio sostenible.
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